Aunque se trate de una comarca poco
estudiada, hemos tratado de ser lo más rigurosos posible dejándonos de fantasías carentes de fundamento científico, ni de quimeras de falsos cronicones, absurdas a la luz de la
crítica moderna. Hemos querido evitar las suposiciones poco objetivas, sin el contraste debido históricamente.
Fuentes como las Biblioteca Nacional
y de la Real Academia de la Historia, textos y documentos depositados en el Archivo Histórico Nacional, en el de la Corona de Aragón, en el General de Simancas e incluso en el de
Indias. Libros publicados, con datos geográficos, históricos y apuntes de todo tipo. Cronistas locales molineses y los que de alguna manera se ocuparon del Señorío de Molina,
empezando por Diego de Sandoval (1543), Francisco Díaz, Juan de Rivas (Alcalde mayor de Molina de 1609 a 1612), Diego Sánchez Portocarrero, Diego de Elgueta, Fray Pablo de la
Concepción, el geógrafo Tomás López (1785) Mariano Perruca Díaz ( 1891) Julián Herránz Malo, Anselmo Arenas López, Claro Abanades López (1929 a 1969), José Sanz y Díaz (1930 a
1980) y Santiago Arauz de Robles López (1979), por citar algunos, nos han servido para conformar esta pequeña reseña. No podemos olvidarnos de los manuscritos del Cabildo
eclesiástico, del Ayuntamiento de la ciudad de Molina, del Común de Villa y Tierra y de citar a Raimundo García, hijo del pueblo y entusiasta de nuestro pasado y costumbres.
Mención merece Salvador Monforte, vecino del pueblo que, con su cuidada página Web dedicada a Valhermoso, está contribuyendo notablemente a la divulgación de sus valores
culturales y promoción externa.
La Historia
Antigua de que disponemos, fue hecha basándose en Flavio Lucio, Marco Máximo, Juliano y otros muchos cronistas apócrifos, rechazados hoy, con alusiones a lo prehistórico
y protohistórico.
Unos mil quinientos años antes de
J.C. se empieza a explotar el cobre y la metalurgia en las minas protohistóricas de España. Apenas si tenemos rastro de la Edad del Bronce en nuestra tierra, pero sí de la del
hierro cuando los celtas llegaron a la meseta. En Clares y Aguilar de Anguita, Cerralbo halló espadas de hierro con antenas semicirculares del siglo V antes de J.C. Según afirma
Plinio en su “Historia Naturalis” respecto a la tan poblada región, que hacia el 152 antes de Cristo el Cónsul Marcelo le impuso un tributo de 600 talentos, lo
cual demuestra que varios pueblos habían ocupado estos territorios en tiempos prerromanos. Es un territorio rico en huellas y yacimientos protohistóricos a lo que contribuyó, sin
duda, la comunicación natural primitiva de los cauces de los ríos, con la fácil defensa de la orografía.
Saber cuándo llegaron
los íberos a nuestra tierra es difícil, en cambio parece claro que a la meseta central lo hicieron en el siglo VI antes de Cristo, según los historiadores
modernos, fusionándose con clanes indígenas indeterminados, según Hecateo y Esquilo.
Los
fenicios no dejaron
entre nosotros, nada de sus manifestaciones culturales, salvo algunas referencias en los autores clásicos. No queda más que la costumbre de encender hogueras en algunas fiestas y
la afición a los toros a los que rendían culto. Tratados modernos contemplan como posible que llegaran a nuestra zona en dos etapas: una desde el año mil al 450 antes de C. y otra
desde esta fecha hasta la conquista cartaginesa.
Los
primeros griegos en llegar a “Hesperia” (España) procedían de la isla de Rodas en el siglo IX anterior a la Era Cristiana y de su paso por las
Xesmas molinesas y Valhermoso en concreto, da fe la toponimia de pueblos y parajes. Las colonias que se establecieron en el territorio del Señorío de Molina,
gozaron desde sus comienzos de gran autonomía y contribuyeron mucho a la civilización de los territorios en los que se instalaban. Perfeccionaron el alfabeto ibero-fenicio
generalizando la costumbre de escribir de izquierda a derecha, afirma con rigor, como en toda su extensa obra sobre del territorio, José Sanz y Díaz en Verdadera Historia
del Señorío de Molina. Los cartagineses, llamados por los fenicios en su auxilio, cuando la paz interior se rompió en Hesperia, vinieron en su ayuda, pues eran de la misma raza, allá por el siglo VI a. de J.C. hasta el 205 antes de la era cristiana. Estrabón, Appiano y otros hablan del heroísmo de los lusónes, pueblo celtiberico que pobló la comarca molinesa, incluido Valhermoso, antes y después de la llegada de los cartagineses; Polivio y Tito Livio hablaron de la resistencia feroz que opusieron estas gentes a las campañas de exterminio, no doblegándose ante la crueldad y superioridad de los invasores romanos. Tanto es así que los cartagineses trataron de llevárselos como aliados. Vicente Lafuente en Historia Eclesiástica de España (1.855-1.859) confirma que los antiguos lusónes estuvieron, como los cartagineses, en todo el enclave territorial molinés, lo que demuestra que también estos últimos se instalaron en el territorio del Valhermoso de hoy, pero no hay vestigios de este pueblo en todo el territorio del Señorío.
Con
la romanización del Ebro termina la cultura ibérica en Aragón, pero en nuestros territorios se mantiene hasta la destrucción de Numancia. Parece indudable
que los romanos estuvieron asentados en el Señorío de Molina desde que tomaron o fundaron la ciudad de Caraca, la actual Guadalajara.
Los romanos en el territorio molinés trataron de borrar la incomunicación y el montañismo que favorecía a las razas indígenas. Lo hicieron levantando castros en
las alturas, restaurando los que existían de traza celtiberica y construyendo vías como la que pasaba por Checa o Urbiaca, como puede verse con extensión
en La romana Urbiaca de José Sanz y Díaz, que servía de estación de descanso a las tropas, cuando hacían sus marchas. En toda la extensión del Señorío quedan
testimonios de las obras de los ingenieros romanos, como el puente viejo sobre el río Gallo, en Molina y el del Martinete en Peralejos. La epigrafía de la comarca está por
investigar. Está todo por hacer, nos movemos en un mar de citas oscuras y contradictorias, en cuanto a localizaciones urbanas, economía y modos de vivir transformados por la
romanización de aquellos siglos decisivos para la cultura del país. Arqueológicamente hay que excavar todo indicio, buscar restos de murallas, castros, mosaicos, cerámicas,
monedas, lapidas, como la de Luzaga, laudas sepulcrales etc. etc. Todavía están sin estudiar ni excavar las necrópolis, posiblemente romanas según Sanz y Díaz, en Cuevas Labradas,
allá por Lebrancón. Villar de Cobeta y Zaorejas, igual sucede con las del Pedregal. Los visigodos suponen un periodo de transición entre las Edades Antigua y Media, este periodo no es más que la continuación de la etapa hispanorromana. En el Señorío de Molina quedan algunos vestigios arqueológicos y documentales de los siglos V al VII en cuanto a las huellas de los visigodos en nuestra tierra. Parece seguro que las primeras tribus germánicas, bajando por Aragón tras cruzar el Ebro, llegaron por Daroca, Calatayud y Albarracín al Señorío de Molina. Esto debió ser antes de establecerse el reino arriano en Toledo a mitad del siglo VI.
Entre los años 711 a 714 se produce
la invasión de los árabes que acabará con la hegemonía visigoda y con su llegada comienza la Edad Media. “La sumisión de la comarca
molinesa a los musulmanes, que se presentaban como aliados, debió ser rápida y sin apenas resistencia….Solo en Molina hubo ocupación militar, levantándose pronto la alcazaba de
torres cuadradas, típicamente árabe, con su cinturón de murallas…”, nos dice la pluma fiable de José Sanz y Díaz en su Historia verdadera del Señorío de Molina y
E. Levi-Provençal en su España musulmana hasta la caída del Califato de Córdoba afirma que “favoreció la rápida islamización de España, creyendo poder disfrutar
así de una paz y de un estatuto personal más favorable”. Nuestro territorio pasó el emirato casi olvidado, conservando su idioma, cultura, trajes y costumbres, pero poco a poco la
convivencia forzosa con el invasor iría palideciendo el colorido indígena. Los Abderramanes destruyeron templos, quemaron algunas bibliotecas mozárabes, hicieron mártires y
confiscaron bienes. Debido a este cerco tan estrecho, “muchos habitantes de las zonas bajas, para conservar su fe, huirían a la aspereza de los montes, al fondo de las hoces o
barrancos boscosos, casi inaccesibles. Por eso es tan remoto el origen cristiano en las serranías y tan frecuente la aparición posterior de imágenes de la Virgen en cavernas,
cuevas y breñales, que fueron escondidas por los mozárabes de la región. Almanzor fue quien persiguió con más saña nuestra religión y en su tiempo los escritores arábigos dicen
que en España había más de tres mil mezquitas suntuosas, aparte de las menores que levantaron en los poblados rurales” dice J.S. y Díaz
Como observará el lector, no
pretendemos más que dar unas breves pinceladas, con el máximo rigor posible y la mínima extensión, a la gran Historia de nuestra tierra y de nuestro pueblo, avanzando
cronológicamente desde la época de los primeros pobladores hasta nuestros días. En este rápido caminar hemos llegado a la plena Reconquista. Los reyes cristianos de Castilla y Aragón, habían puesto más de una vez, los ojos en los territorios molineses, pues no podían olvidar que en aquellas comarcas había mozárabes creyentes y reliquias venerables del pueblo visigodo. El Cid, según Dozy, sirvió por espacio de media docena de años en las huestes mahometanas aragonesas; entonces debió nacer su amistad con el rey moro de Molina, el cual aprovechó esa amistad para liberar su pequeño Estado de la tutela del Emir de Valencia. Evitaremos referirnos, por no extendernos demasiado, a las citas que varios autores hacen de las incursiones y paso del Cid por Molina, por ser un hecho incontestable.
Enrique
IV El
impotente (1.454-1.474) XIV Señor,
cometió varios desaciertos, por lo que fue vilipendiado. Fue tal la entrega a su favorito Beltrán de la Cueva que hasta le sustituía en el tálamo nupcial con doña Juana de
Portugal –madre de la Beltraneja-, su segunda esposa, ya que al parecer con la primera –doña Blanca de Navarra-, no pudo consumar su matrimonio. Esto exacerbó a los nobles, que
proclamaron rey a su hermano don Alfonso, lo cual dio lugar a una tremenda guerra civil. Muerto el príncipe Alfonso en 1.468, fue ofrecida la corona de Castilla y León a su
hermana doña Isabel, casada con Fernando EL Católico, rey de Aragón, pero ella no quiso aceptarla mientras viviese Enrique IV, que la declaró heredera del trono. Murió este
desgraciado personaje en 1.474. Empecemos con el gobierno de los Austrias:
Felipe
II (1556-1597) fue
hombre frío, reservado y absoluto. Le ayudamos en las guerras de Flandes, Italia y Aragón. Tuvo que “cercar el pueblo de La Yunta, porque habían preso a un Escribano mandado por
él a instruir ciertas diligencias.”
Felipe III El
Pío (1598-1621).
Este monarca “instituyó en el Señorío la milicia que llaman Batallón, además de la gente de guerra antigua con que acostumbraba a servir”.
Carlos II El
Hechizado (1665-1700), confirmó al Señorío de Molina todos
sus privilegios y Fueros a 5 de Abril de 1666 y con él se extingue el poder secular de la dinastía austriaca. Fue un degenerado que a los nueve años no sabía leer ni escribir y
que sumió a España en sangrientas guerras hasta que murió.
Sigamos con el gobierno de
los Borbones: Felipe V El Animoso (1700-1746), nieto del francés Luis XIV , contaba 16 años cuando ciñó la Corona. El Señorío estuvo a su lado y le proclamó Señor, con las ceremonias acostumbradas. Confirmó nuestros fueros y privilegios a 10 de Mayo de 1701. Dice Díaz Milian que “tanto hizo Molina y el Señorío, tanta lealtad mostró, tantos servicios prestó a su rey, que Felipe V tuvo a bien concederles la merced que añadiese a los timbres y blasones del escudo de sus armas una flor de lis, nombrándole en sus reales decretos con los honrosos epítetos de mi fidelísima y leal villa de Molina, concediéndole además otros privilegios y nuevas confirmaciones de los antiguos a particulares y corporaciones”
Luis
I (1724), subió al
trono al abdicar en él su padre, pero solo gobernó de febrero a agosto en que moría de viruelas, por lo que su progenitor tuvo que hacerse de nuevo con el poder. Le sustituiría su
otro hijo Fernando VI.
Fernando
VI (1746-1759), pasó
sin pena ni gloria para el Señorío de Molina.
Carlos
III (1759-1788),
monarca extraordinario, que fomentó la Agricultura y las Obras Publicas, de las que aún quedan el gran almacén de las Salinas de Armallá, con ocho refuerzos exteriores de media
caña y la restauración del puente romano del Martinete en Peralejos de las Truchas. Además en nuestra tierra estableció permiso para estimular el trabajo y la vida, protegiendo la
industria y el comercio. Por estos estímulos, el año 1775 el P. Moragas descubrió el famoso mineral conocido científicamente por aragonito, en los cerros aledaños a la
Villa. De su época data la construcción de la Casa Grande de Valhermoso y quizás anterior, por su tipología, fuera la Casona de La
Placeta.
Carlos IV (1788-1808), monarca bobalicón, hasta
extremos familiares increíbles. Dejó el poder en manos de su valido Godoy, para dedicarse a su pasión, la caza. El 8 de Febrero de 1790, el Real Consejo de Castilla aprobó el
Reglamento del Común de Villa y Tierra, la Comunidad de Molina de Aragón y en 1802, mandó el Gobierno de España que el territorio molinés, que se veía incorporado a Cuenca, forme
parte y para siempre de la de Guadalajara. El día 19 de Agosto de ese año, el rey y su corte hicieron noche en Tortuera, de paso para Barcelona. Con él acaba la Edad
Moderna.
Fernando
VII (1808-1833) en
el que abdicó a la fuerza su padre, por la odiosa política de Godoy, fue el peor de los desastres para el Señorío, pues dio lugar a la sangrienta Guerra de la
Independencia. Mal empezó para la Tierra del Señorío la Edad Nueva. Es imposible sintetizar, la gesta heroica de nuestras gentes, en un artículo de divulgación y además está documentalmente historiada, con toda clase de detalles. Para el lector interesado le recomendamos la lectura de la extensa, pero fácil de consultar, obra de Anselmo Arenas López: “Historia del levantamiento de Molina de Aragón y su Señorío en Mayo de 1808”. Pero algo diremos, extraído de la amplia bibliografía que existe, sobre la heroicidad de las gentes de nuestra Tierra en la Guerra de la Independencia, desde la formación de la primera Junta de Defensa, hasta el acuerdo de las Cortes de Cádiz, que, entre otras cosas, dice así: “1º La Villa de Molina tendrá desde ahora el título de Ciudad.
2º Cuando las circunstancias lo
permitan, se levantará en el lugar más oportuno de dicha Ciudad una pirámide, que constantemente recuerde a la posteridad la conducta heroica en grado eminente.”
Los pueblos contribuyeron de una
manera heroica, incluso disponemos de bibliografía suficiente, con el nombre y apellidos de los héroes, pero por no extendernos y olvidar alguno obviaremos citarlos. Si diremos
por ser vecino de nuestro pueblo que Manuel Checa Roa, entonces estudiando en la Universidad de Valencia, estuvo enrolado de 1808 a 1810.
De pena fue la situación en que
quedaron Molina y su Tierra. Molina fue quemada por sus cuatro costados y era un montón de ruinas, los campos estaban abandonados y la ganadería había desaparecido. Nuestros
diputados de la Junta Suprema de Molina, clamaban en vano en las Cortes de Cádiz. Nos representaban, como diputados, don Francisco López Pelegrin, abogado y vecino de Checa,
teniendo como magistrado suplente a su hermano don Ramón López Pelegrin y a don José Roa Fabián, que fue canónigo de Játiva. Hicieron una tarea legislativa inteligente. En la
sesión de 2 de Septiembre de 1811, al discutirse el articulado de la Constitución, lograron que no se suprimiera el título de Señor de Molina de los títulos de la
Corona, como se pretendía. Se trató de que “Guadalajara con Molina debían formar una sola Diputación”, quedando así aprobado.
Brevedad daremos a la Edad
Contemporánea pero de los periodos José Bonaparte (1808-1813), el interregno de Amadeo de Saboya (1871-1872), la I Republica (1873-1874), la Restauración (1874-1931), la
II Republica (1931-1939), el Franquismo (1938-1975) y del reinado de Juan Carlos I algún apunte diremos, para que este articulo alcance un final.
Durante la regencia de María
Cristina, viuda de Fernando VII, tuvo lugar la sangrienta guerra carlista, motivada por haber derogado la ley sálica y haber nombrado heredera a su
hija Isabel, cuando el trono le pertenecía al príncipe Carlos, su hermano, que protestó usando las armas y perdiendo la batalla en el monte
llamado Las Tejeras.
Alfonso
XIII que fue
el XXX Señor de Molina, estuvo en ella para inaugurar, el 5 de junio de 1928, el monumento al heroico Capitán de Ingenieros don Félix Arenas Gaspar, al que se le
había concedido, a título póstumo, la Cruz Laureada de San Fernando. Acompañaban al monarca el Presidente de Gobierno, general D. Miguel Primo de Rivera, varios Capitanes
Generales, Generales y las altas autoridades eclesiásticas y civiles. Pronunciaron discursos el Alcalde de Molina, don Francisco Checa y don José María Arauz de Robles por la
Comisión organizadora. El Obispo de Sigüenza ofició la Misa de Campaña en la Plaza Mayor y los pueblos del Señorío habían acudido para aclamar al Rey.
Durante El Alzamiento
Nacional, el Tercio de Requetés “María de Molina”, ganó la Cruz Laureada de San Fernando en la Batalla de Belchite. Durante el largo gobierno de Franco se
llevó a cabo la coronación canónica de Nuestra Señora de la Hoz, como Reina del Señorío, con la asistencia de más de veinte mil personas, venidas de las cuatro Xesmas y se
inauguró, en Molina, un monumento a la Inmaculada Concepción, recordando que esta población fue la primera en España que reconoció el dogma.
El régimen democrático
actual, empezó con la
visita de S.M. los Reyes don Juan Carlos I doña Sofía a nuestra ciudad el día 20 de Abril de 1978, siendo confirmado XXXI Señor de
Molina. Ambos fueron aclamados con entusiasmo y gratitud por las gentes de nuestros pueblos, llegadas espontáneamente para ver a sus Reyes. En este periodo democrático la Comarca del Señorío, como casi todas de España, ha experimentado un gran desarrollo económico y de comunicaciones, pero queda una asignatura pendiente, cual es la repoblación sostenible del territorio, para evitar la continuación de los males producidos por la desertización de la comarca. La lucha de las gentes del Señorío por la defensa de sus orígenes políticos es indudable, según se demuestra a lo largo de este artículo. En esta etapa histórica, no iba a ser menos y siendo diputados por Molina Antonio López Polo y Emilio Clemente Muñoz, natural de Valhermoso, en Las Cortes Constituyentes de Castilla la Mancha lograron introducir, en el texto definitivo del Estatuto de Autonomía de Castilla la Mancha, una enmienda, que hace honor a la historia de esta Tierra. Fervorosamente defendida por este último diputado en el Pleno de la Asamblea de Las Cortes Constituyentes, dice así: “… se respetarán las peculiaridades históricas de las Comunidades de Villa y Tierra tales como la del Real Señorío de Molina…”. Después sería refrendado, como todos los Estatutos de Autonomía, en el Pleno del Congreso y del Senado de la Nación y para ser fiel a la historia hemos de reconocer la ayuda inestimable e imprescindible del acogimiento, en sus conclusiones, por U.C.D. en su Congreso Nacional gracias a la ayuda y compromiso del entonces Presidente Provincial don Luís de Grandes Pascual y la colaboración del entonces ministro Rodolfo Martín Villa y su querido amigo Santiago Arauz de Robles, ilustre letrado y escritor, hoy hijo adoptivo del pueblo de Valhermoso. El autor de este artículo, no se imagina como a estas alturas, no se haya querido o sabido evolucionar en el tratamiento político de la citada enmienda, que, a nuestro entender y sin romper esquemas estructurales de la sociedad, tan favorables frutos daría al devenir de nuestra Tierra. Es un reto y una obligación para los futuros políticos molineses.
En la actualidad, Valhermoso, nuestro pueblo, es un lugar envidiable, un vergel en el árido y seco páramo molinés, que hace treinta y tantos años, no teniendo apenas agua para beber, se empeñó en conseguirla para solucionar el problema y además, sensible ya al cuidado del medio ambiente, lograr agua para mantener excelsa la vegetación que, entonces, se había creado y que, con el esfuerzo comunitario de sus gentes se había sacado adelante. Este esfuerzo abocó en la formación de un bello "parque natural”, dentro del casco urbano, salpicado de casas aisladas, sin orden ni concierto, rompiendo los moldes de la morfología urbanística de los pueblos del entorno o de cualquier pueblo castellano, pero dando como resultado un bello conjunto urbano. El cuidado y la conservación de la arquitectura tradicional de la zona, de las explotaciones domesticas tradicionales (todavía pululan gallos y gallinas en libertad por el césped de los jardines), complementadas por alguna especie salvaje advenediza (como ardillas, cigarras, erizos etc.), conforman un marco tan bucólico y silencioso que permite escuchar a Mozart, o cualquiera de los clásicos, desde cualquier punto del casco urbano sin temor a ser ahogadas sus notas por cualquier ruido disonante, entre otras cosas por el silencio de su población, envejecida, que no supera los quince habitantes durante diez meses al año. Las tranquilas y serenas noches de estío, invitan a no acostarse contemplando, desde cualquier poyo o rincón urbano, el inmenso cielo estrellado, que parece estar al alcance de la mano, como las pequeñas luces, alimentadas por energía solar fotovoltaica, instaladas a ras de suelo de jardines y calles, cual si de pequeñas y alegras luciérnagas se tratara, brillando en la oscuridad de la noche. Es tan bello, peculiar, tranquilo, pacífico y las estancias en él deleitan tanto los sentidos que yo me lo imagino como “lo más parecido al Paraíso”.
El Rincón de Andrew y La Guarida del Oso proporcionan dos marcos ideales para practicar el buen yantar, a base de productos auténticamente naturales y que por su "carácter privado y elevados precios" está restringido su acceso al gran público. En fin es obligado decir que estas transformaciones se han realizado en este último periodo democrático, siendo Alcaldes don Ángel Vallejo Embid y don José María Leiva y Presidente de la Diputación de Guadalajara don Emilio Clemente Muñoz, si bien en el periodo anterior a la democratización del 78, siendo Alcalde don Vicente Ibáñez se llevara el agua en las casas y la luz eléctrica en tiempos del Alcalde don Emilio Clemente Sanz, ambas obras de vital importancia para el pueblo. Por suscripción popular de los vecinos e hijos del lugar, recientemente ha sido homenajeado don Emilio Clemente Muñoz, , en reconocimiento al interés puesto en la transformación del. pueblo, quedando constancia de ello en una placa de azulejería ubicada en la Plaza Mayor
Concluimos dando las gracias a todos
los autores que hemos citado y a los omitidos, por cuestión de espacio, y en especial a don José Sanz y Díaz cuya obra nos ha servido definitivamente para dar el
debido rigor a este artículo. Un saludo para Raimundo García, hijo del pueblo, que con muy buena voluntad y amor a su tierra, nos ha dejado unas breves notas
costumbristas, siempre dignas de agradecer. A Salvador, hijo del pueblo, por su matrimonio con Jesusa y amor al mismo, que ha puesto a
disposición de la divulgación de su cultura y promoción externa su propia página Web. Especialmente, nuestro reconocimiento a todos los vecinos residentes en el pueblo que,
aguantando los rigores del extremado clima y las carencias propias de la desertización de la zona, todavía lo mantienen vivo y hacen posible que podamos seguir escribiendo su
historia. Revisado en Guadalajara, diciembre 2021 |
Fragmentos de la Breve Historia de Valhermoso de E. Valdivilla y de la Torre
"Prólogo:
Este breve apunte trata de describir, casi telegráficamente, la historia del pueblo de Valhermoso , interrelacionada, con la de la Villa de Molina y su Tierra, como parte de la misma de la que es integrante.
Aunque se trate de una comarca poco estudiada, hemos tratado de ser lo más rigurosos posible dejándonos de fantasías carentes de fundamento científico, ni de quimeras de falsos cronicones,
absurdas a la luz de la critica moderna. Hemos querido evitar las suposiciones poco objetivas, sin el contraste debido históricamente.
Fuentes como las Biblioteca Nacional y de
la Real Academia de la Historia, textos y documentos depositados en
el archivo Archivo Nacional, en el Histórico Nacional, en el de la Corona de Aragón, en el de Simancas e incluso en el Archivo de Indias. Libros publicados, con datos geográficos, históricos y apuntes de todo tipo. Cronistas
locales molineses y los que de alguna manera se ocuparon del Señorío de Molina de Aragón, empezando por Diego de Sandoval (1543), Francisco Díaz, Juan de Rivas (Alcalde mayor de Molina de 1609 a 1612), Diego Sánchez
Portocarrero, Diego de Elgueta, Fray Pablo de la Concepción, el geógrafo Tomás López (1785) Mariano
Perruca Díaz ( 1891) Julián Herranz Malo, Anselmo Arenas López, Claro Abánades Lópe(1929 a 1969),
José Sanz y Díaz (1930 a 1980) y Santiago Arauz de Robles (1979), por citar algunos,
nos han servido para conformar esta pequeña reseña. No podemos olvidarnos de los manuscritos del Cabildo eclesiástico, del Ayuntamiento de la ciudad de Molina, del Común de Villa y Tierra y
de citar a Raimundo García, hijo del pueblo y entusiasta de nuestro pasado y costumbres. Mención especial merece Salvador Monforte, vecino del pueblo que, con su cuidada página Web dedicada a
Valhermoso, esta contribuyendo notablemente a la divulgación de sus valores culturales y promoción externa."
"Historia:
La Historia Antigua de que disponemos, fué hecha basándose en Flavio Lucio, Marco Máximo, Juliano y otros muchos cronistas apócrifos, rechazados hoy, con alusiones a lo
prehistórico y protohistórico.
Por los fósiles se ha llegado a la conclusión de la existencia de una flora y fauna terciaria y por los plegamientos del terreno en periodos sucesivos, dio lugar a la formación de simas, cuevas,
cavernas, fuentes y lagunas desde el jurasico al cretácico, accidentes, que posteriormente servirían de refugio al aparecer la vida humana en la Era cuaternaria, por clanes
de cromagnones y neanderthalenses. Como ejemplo y en el termino de Valhermoso: La Cueva del horno, La Cueva del tío
Caraso, Hoz del Bullones, La Sima de la Isilla, Fuente de Hoya Romana y Fuente de La Torre son significativos de los lugares que
ocuparían los primeros moradores cuaternarios, duda a la que únicamente podrán contestar algún día los paleontólogos que estudien las capas geológicas y los fósiles. En la cercana Cueva de los
Casares, en Riba de Saelices existen muestras de un arte cuaternario notable, perteneciente, parece ser, al auriñaciense, con bellísimas pinturas, grabados de caballos, magníficos
ciervos, bisontes, un posible rinoceronte lanudo amén de otros animales y abundantes figuras antropomorfas. En la necrópolis de Cuevas Labradas, más próxima a Valhermoso, y
de la última época del periodo de Hallstatt, se encontraron urnas funerarias, labradas en barro cocido, con restos humanos en su interior. Pero de aquellos tiempos tan remotos no tenemos noticias
directas y los hechos que atesora solo pueden colegirse examinando los restos humanos y los productos de la actividad de los mismos. En Herrería existe una inscripción de confusa fecha, sobre el
riscoPeña Escrita, que algunos atribuyen a la prehistoria, pero carece de autenticidad segura. Otro hallazgo importante, que se encuentra en el Museo Antropológico es el cráneo de
Castilnuevo. Luís de Hoyos Saiz en “Antropología prehistórica española” dice del “yacimiento característico de la Edad del Bronce de Castilnuevo”."..................
.....De la arquitectura de aquellos primitivos, adoptada luego por los celtiberos, quedan reminiscencias en Valhermoso, como en muchos pueblos del entorno, en las parideras redondas con cubierta de barda espesa y tronera, como las de las Navazas,“Hoya del Prao”, La Pililla, etc. Después vendrían los castros , que al evolucionar se convirtieron en toscas fortalezas. Tanto el geógrafo griego Estrabón nacido en el año 60 antes de C., como Ramón Menéndez Pidal, confirmándolo, nos dicen que “en el siglo III antes de C. los íberos se hallaban extendidos por toda España” y que “ya habían absorbido a los celtas, pueblo indoeuropeo de cultura inferior a la ibérica, resultando de esta mezcla los celtíberos que ocupaban todo el centro de la Península”; de estos pueblos existen muestras, sin investigar, en Valhermoso...........
......Situándonos ya en plena Reconquista de Molina y su Tierra, intentaremos ser capaces de sintetizar, como pretende este pequeño apunte, la larga y gran historia de esta querida comarca, por existir una extensa bibliografía sobre la misma y empezaremos diciendo que al morir Pedro I de Aragón en 1.104 le sucede en el trono, su hermano, Alfonso I conocido históricamente por el nombre de El Batallador. Ganó a los moros Zaragoza en 1.118, Calatayud en 1.120, Daroca en 1.120, varios pueblos de nuestro Señorío – como Embid, Milmarcos, Anchuela y Guisema – en 1.122 y Molina en 1.128. Avanzando por la serranía de Molina y pasando por Valhermoso, Tierzo y Terzaga pone una guarnición en Traid, a la vez que mantiene sus ejércitos sitiadores en Castilnuevo y para 1.129 ya se había rendido toda la comarca al Rey. Tomado el territorio molinés, encargó a dos capitanes, que por valor y lealtad constituían su brazo derecho, que ampliaran y defendieran las fronteras de lo conquistado. Fueron estos militares don Fortún Sanz de Vera, que ensanchó su zona hasta Peralejos, estableciendo en el río Tajo la divisoria, fundando casa propia en esa villa, de la que todavía puede verse el arco románico de la portada. Los parientes del peralejano don Fortún eran Lope Sanz, que acompañó al rey en su expedición a Valencia y Galio Sanz que mandaba la Orden o Cofradía Militar de Belchite, antes de la fundación del Señorío. Otro incondicional en prestarle ayuda en sus incursiones fue García de Vera, que fundó casa en Checa. A todos ellos los silencia el conde don Manrique de Lara, primer Señor de Molina, por su afección a la Corona Aragonesa, acabando por marcharse a la provincia de Huesca, donde tenían posesiones. Los García Vera de Checa y otro Fortún Sanz de Vera, del mismo nombre que sus antecesores, volvieron en el siglo XIV a las villas del alto Tajo, cuando el Señorío de Molina pasó, tras el fratricidio de Montiel, a la tutela de la Corona de Aragón (1.369-1.375).....
...." Valhermoso, en la actualidad es un pueblo envidiable, un vergel en el árido y seco páramo Molines, que hace diez años, no teniendo apenas agua para beber, se empeñó en conseguirla para solucionar el problema y además, sensible al cuidado del medio ambiente, lograrla para mantener excelsa la vegetación que, diez años antes, se había creado y que, con el esfuerzo comunitario de sus gentes, se había sacado adelante.Y lo logró. Este esfuerzo abocó en la formación de un bello “espacio natural”, dentro del casco urbano, salpicado de casitas aisladas, sin orden ni concierto, rompiendo los moldes (ya en su creación) de la morfología urbanística de los pueblos del entorno o de cualquier pueblo castellano. El cuidado y la conservación de la arquitectura tradicional de la zona, de las explotaciones domesticas tradicionales (todavía pululan gallos y gallinas en libertad por el césped de los jardines, complementadas por alguna especie salvaje advenediza como ardillas, cigarras, erizos etc.), conforman un marco tan bucólico y silencioso que permite escuchar a Mózart o cualquiera sinfonía desde el mas recóndito lugar del casco urbano sin temor a ser ahogadas sus notas por cualquier ruido disonante, entre otras cosas porque su población, envejecida, no supera los quince habitantes durante diez meses al año. Las tranquilas y serenas noches de estío, invitan a no acostarse contemplando, desde cualquier poyo o rincón urbano, el inmenso cielo estrellado, que parece estar al alcance de la mano, como las pequeñas luces, alimentadas por energía solar fotovoltaica, instaladas en el suelo de jardines y calles. Es tan bello, peculiar, tranquilo, pacifico y las estancias en él deleitan tanto los sentidos que yo me lo imagino como “lo más parecido al Paraíso”. El Rincón de Andrew y La Guarida del Oso proporcionan dos marcos ideales para practicar el buen yantar,a base de productos auténticamente naturales y que por su "carácter privado y elevados precios" esta restringido su acceso al gran público."..............